jueves, 3 de septiembre de 2009

Las bombillas de más de 100 vatios desaparecerán de la Unión Europea

Aunque nos parezca exagerado hoy en día al encender un foco o un electrodoméstico, estamos incurriendo en un costo ambiental acumulativo del cual aun muchas personas no son conscientes y que a largo plazo deterioramos nuestra calidad de vida, se incrementan los índices de contaminación y se esta comprometiendo enormemente el bienestar de nuestro futuro.

Por eso la gran noticia llega desde la UE y es dentro de poco las bombillas incandescentes de más de 100 vatios desaparecerán del mercado de la Unión Europea (UE) a partir del próximo martes, lo que supondrá el primer pasó hacia la eliminación total en 2012 de las lámparas incandescentes y de bajo rendimiento.

Con esto, se estima que hasta septiembre del año 2010, desaparecerán del mercado las bombillas de más de 75 vatios y, un año después, se retirarán las que superen los 60 vatios para finalmente eliminar todos los tipos en 2012, tal y como aprobó la UE el pasado diciembre.

Según los datos de la Comisión Europea, las bombillas incandescentes gastan entre 4 y 5 veces más energía que las de nueva generación, por ello, la sustitución permitirá un ahorro anual de hasta 50 euros por hogar, lo que equivale a un total de entre 5.000 y 10.000 millones de euros en toda la UE.

Los consumidores podrán elegir a partir de ahora entre las bombillas fluorescentes compactas de larga duración (que ahorran un 75%) o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que ahorran entre un 25 y un 50%.

La diferencia de precio es importante, ya que una bombilla "tradicional" cuesta unos 60 céntimos de euro, mientras que el coste de las eficientes oscila entre 2 y 10 euros, aunque permiten ahorrar más energía y tienen una mayor vida útil.

Para guiar a los consumidores, la asociación WWF ha puesto en marcha junto a otras asociaciones la página Web www.topten.info para guiar a los usuarios sobre la cantidad de energía que consumen los aparatos electrodomésticos y que aparatos son los más recomendables de usar.

Recuerde siempre, no necesariamente hay una relación entre la calidad de vida y el consumo energético, derrochar energía no significa vivir bien.

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